En México, dos de cada 10 mujeres reconocen haber sido víctimas de violencia económica. Los principales factores son la falta de acceso a mercados laborales formales, la repartición de su tiempo en actividades no remuneradas y de cuidados, y la desigualdad de oportunidades de trabajo, dicen expertas.La violencia económica es toda acción u omisión que …
Obliga violencia económica a crear red de empoderamiento

En México, dos de cada 10 mujeres reconocen haber sido víctimas de violencia económica. Los principales factores son la falta de acceso a mercados laborales formales, la repartición de su tiempo en actividades no remuneradas y de cuidados, y la desigualdad de oportunidades de trabajo, dicen expertas.
La violencia económica es toda acción u omisión que afecta la supervivencia económica de las mujeres y se manifiesta a través del control del ingreso o de sus percepciones económicas, así como la obtención de un salario menor por un trabajo igual dentro de un mismo centro laboral, establece la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Poco se habla de este tipo de agresiones, porque está normalizada. Existe en espacios laborales y familiares, al ser las mujeres quienes trabajan por sueldos menores o quienes cumplen con actividades de cuidado no remuneradas e invierten más tiempo en actividades de la casa, a diferencia de los hombres.
En este marco, la educación financiera para las mujeres es importante porque contribuye a procesos de empoderamiento, explica Edith Ortiz Romero, economista e investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
Otros factores
“El empoderamiento de las mujeres está relacionado con la educación financiera, las mujeres tenemos que poder acceder a un mercado laboral, tener un ingreso propio, tener una capacitación o ascender a otro puesto” señala la investigadora.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, la violencia económica usualmente se ejerce en relaciones de pareja y puede manifestarse con vigilancia y control del dinero, prohibición para desempeñar un trabajo o exclusión en las decisiones de la economía del hogar.