Ni las lágrimas de una mamá, ni las de la esposa, o la pérdida de un hijo, son suficientes para sacar a una persona de las adicciones, pues la necesidad de la droga te mantiene hundido, aseguró Mauro Alejandro Velázquez García, quien desde hace 24 meses se mantiene limpio del consumo de sustancias, tras enfrentar …
‘Necesidad de droga te mantiene hundido’

Ni las lágrimas de una mamá, ni las de la esposa, o la pérdida de un hijo, son suficientes para sacar a una persona de las adicciones, pues la necesidad de la droga te mantiene hundido, aseguró Mauro Alejandro Velázquez García, quien desde hace 24 meses se mantiene limpio del consumo de sustancias, tras enfrentar a sus adicciones por 15 años.
El joven de 27 años expresó que lo único que puede ayudar a un adicto a las drogas es darse cuenta de su realidad.
“Cuando un adicto empieza a ver el amor y la comprensión que hay en su entorno, eso es lo que te alcanza a tocar el corazón, yo toqué la puerta, me la abrieron sin conocerme, me dejaron en la clínica y no me cobraron un peso”, dijo.
Hoy en día Mauro comparte con jóvenes un mensaje contra las adicciones, “no es una tarea fácil, por las circunstancias que se registran actualmente, la exposición a la información o desinformación y las circunstancias que rodean a cada adolescente”.
TIERRA FÉRTIL PARA ADICCIONES
Bertha Alicia Llanas Godínez, encargada de Medicina Preventiva del Hospital General de Alta Especialidad del ISSSTE en Saltillo, comentó que el adolescente siempre será tierra fértil para las adicciones, pero destaca que para impactar con un mensaje efectivo, se le debe comunicar la verdad de lo que representan las adicciones, así como dar el ejemplo en la familia y enviar mensajes visuales.
“Estamos muy acostumbrados a querer maquillar las cosas para no lastimarlos, o para no herirlos, pero el trabajo debe ser bien enfocado para prevenir adicciones, y sobre todo, predicar con el ejemplo, pues el lenguaje que ellos manejan es más visual que la palabra, porque muchas veces, ya no leen”, expresó Berta Llanas.
“Si vas a darles un mensaje es decirles la realidad, predicar con el ejemplo, y que sea visual, no hay más. Si hablas con ellos una hora o un día, no lo vas a convencer, porque hoy el ser humano está ansioso de un ejemplo”, indicó.