La noche del 28 de agosto de 2025 se convirtió en un homenaje al rock argentino cuando Babasónicos regresó al emblemático Auditorio Nacional, lleno a rebosar y con entusiasmo contagioso. La energía que emanaba del público era palpable desde el primer momento, como si la expectación hubiera sido una carga pesada durante demasiado tiempo. Cuando …
“La Música Vive: Babasónicos Deja Huella En El Auditorio Nacional Con Un Regreso Triunfal Y Una Setlist Electrizante”

La noche del 28 de agosto de 2025 se convirtió en un homenaje al rock argentino cuando Babasónicos regresó al emblemático Auditorio Nacional, lleno a rebosar y con entusiasmo contagioso. La energía que emanaba del público era palpable desde el primer momento, como si la expectación hubiera sido una carga pesada durante demasiado tiempo.
Cuando los miembros de la banda tomaron escena, el ambiente cambió por completo. Con un toque de elegancia y sensualidad escénica, Babasónicos se sumergió en una experiencia visceral que transportó a la audiencia a través más de tres décadas de música desbordante. La fusión de luces, sonidos y movimientos coreografiados creó una atmósfera única que envolvió a todos los presentes.
La presentación comenzó con “Bye Bye”, el primer sencillo del último álbum de la banda, La izquierda de la noche. Fue un momento preciso para establecer el tono de la noche: una entrega total y sin reservas. La audiencia se puso de pie instantáneamente, como si hubieran estado esperando esa oportunidad durante demasiado tiempo. La energía fue contagiosa, y pronto todo el recinto estuvo vibrando con la música.
A medida que la noche avanzaba, Babasónicos mostró su habilidad para combinar nuevos temas con clásicos de siempre. “Gancho” y “La vida es un carnaval”, dos de sus canciones más populares, fueron interpretadas con una pasión y un entusiasmo que hicieron que la audiencia se olvidara del tiempo y se sumergiera en el momento.
Sin embargo, fue el repertorio más reciente lo que realmente destacó. Canciones como “La izquierda de la noche” y “Porque no” demostraron que Babasónicos sigue siendo una fuerza vital en el rock argentino. La banda mostró una nueva madurez en su música, sin sacrificar la esencia que los ha llevado a donde están hoy.
El público estuvo absorto en la actuación durante más de dos horas, disfrutando de cada momento y cantando al unísono con la banda. Fue un ejercicio en libertad y autenticidad, como si Babasónicos hubiera abierto el corazón y permitido que la música fluiera sin restricciones.
En cierto sentido, el concierto fue un homenaje a la música y a la pasión que ha caracterizado a Babasónicos durante décadas. Fue una noche de rock auténtico, con guitarra rítmica, batería impulsiva y voces que parecían provenir del corazón mismo de los miembros de la banda.
La experiencia culminó con “Estoy en el aire”, un tema que ha sido una parte integral del repertorio de Babasónicos durante años. Fue un momento emocionante, como si la música hubiera alcanzado su punto áltero y todo el recinto se hubiera convertido en un gran corro de gente cantando al unísono.
En resumen, el concierto de Babasónicos en el Auditorio Nacional fue una noche a recordar, llena de energía, pasión y música auténtica. La banda demostró que sigue siendo una fuerza vital en el rock argentino, y la audiencia se llevó un recuerdo inolvidable de esa noche mágica.











