Como consecuencia del mal manejo y administración del tiradero Escalerillas, en Chimalhuacán, actualmente el desbordamiento del basurero se extiende a los pobladores cercanos al tiradero afectando su salud y calidad de vida, en una de las zonas con mayor pobreza en todo el Estado de MéxicoChimalhuacán es uno de los municipios con mayor pobreza en …
Elegir entre la basura y la pobreza

Como consecuencia del mal manejo y administración del tiradero Escalerillas, en Chimalhuacán, actualmente el desbordamiento del basurero se extiende a los pobladores cercanos al tiradero afectando su salud y calidad de vida, en una de las zonas con mayor pobreza en todo el Estado de México
Chimalhuacán es uno de los municipios con mayor pobreza en todo el oriente del Estado de México. Con el 61.5 por ciento de su población en situación de precariedad de acuerdo al CONEVAL, los más de 705 mil habitantes sufren a diario de inseguridad, falta de agua potable, iluminación y pavimentación de las calles e incluso de espacios deportivos y de recreación.
Esa es la situación en la colonia Escalerillas, en el ejido de Santa María. Hace 10 años, los desechos de los pobladores de Chimalhuacán eran depositados en el tiradero del bordo de Xochiaca en Nezahualcóyotl. Tras el cierre de ese tiradero, se abrió este espacio de disposición final de desechos urbanos al interior de Escalerillas.
Su funcionamiento comenzó en 2013, durante las administraciones de Jesus Tolentino Román y Telesforo García, ambos pertenecientes al movimiento Antorchista. Fue hasta 2022 cuando el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) entró a gobernar el municipio de Chimalhuacán, con Xóchitl Flores al mando.
Personas de la colonia firmaron años atrás para que se estableciera el tiradero con la justificación que este sitio generaría empleos para los vecinos de las zonas; sin embargo, el problema de control y verificación de un manejo adecuado y tratamiento de los residuos lo llevó a una situación indeseable.
Escalerillas recibía en sus inicios aproximadamente 400 toneladas de desechos diariamente, pero con el tiempo las toneladas de basura depositadas en este espacio se duplicaron. En 2021, cuando se dio el desbordamiento del área delimitada original los terrenos aledaños a este tiradero comenzaron a convertirse en depósito de inmundicias.
Esa es la situación que encontró en enero 2022 la morenista Xochitl Flores y decidió cerrar parcialmente el lugar como medida precautoria ante el desbordamiento evidente. Sin embargo, el tiradero se resiste a dejar de crecer: distintas personas y empresas que se encargan de recolectar los desechos urbanos han optado por depositarlos en los terrenos que antes eran canchas de fútbol, en el limite que existía entre el tiradero y el comienzo de las viviendas.
“Yo vivo cerca, siempre paso por aquí. El olor es muy fuerte y hay veces que la gente se enferma. El problema es que no hay orden para tirar la basura, por eso está bien que lo cierren. Aquí antes no había acumulación de basura, pero empezando el año comenzaron a tirar aquí, y ahora esta peor”, comenta Mario Torres, quien vive a unas cuadras del tiradero y tiene que pasar a diario por este sitio para llegar al transporte público.
Vecinos de la zona de Escalerillas, han manifestado en reiteradas ocasiones su inconformidad respecto al manejo del tiradero. Los habitantes de la zona refieren que tienen años lidiando con esta problemática y piden a autoridades, como la actual alcaldesa, que se atienda con más eficiencia y rapidez este problema.
“Nos dijeron que el tiradero se está hundiendo y por eso lo van a quitar. La gente de por aquí cerca quiere que lo quiten por eso, hay mucha agua sucia, moscas, perros muertos y eso nos perjudica a todos”, menciona Dionicio Flores, quien trabaja desde hace años como pepenador en el tiradero Escalerillas, además de vivir muy cerca de esta zona.
“Yo nada más vengo unos ratitos a recoger basura, a nosotros no nos hacen caso, ¿ya para que alegamos? Tiene como dos meses que comenzaron a tirar toda la basura aquí y es tiempo que no nos han dicho nada. Aunque tuvieron junta todos los vecinos, no nos hicieron caso, es mentira que van a cerrar el tiradero. Yo vivo aquí cerquita y afecta todo, el olor es muy fuerte, muchas personas no aguantan el olor. Una vecina se cambió hace poco; aunque yo ya me acostumbré, llevo 8 años viviendo aquí. Cuando nosotros nos vinimos a vivir aquí pensábamos que iban a ser unas fábricas, pero no, hicieron el basurero”, comenta Laura Vázquez, una señora que vive a pocas cuadras del tiradero y su fuente de ingreso se basa en la recolección de basura.