Aproximadamente 4 de cada cien menores de 12 años padece un cuadro de depresión, asegura especialista que falta realiza un diagnóstico preciso a temprana edad“Mamá, Martín mi compañero se quedó dormido en el salón cuando la maestra nos explicaba un problema de matemáticas, le avisamos a ella fue y lo despertó, la verdad no nos …
Cada día hay más niños medicados

Aproximadamente 4 de cada cien menores de 12 años padece un cuadro de depresión, asegura especialista que falta realiza un diagnóstico preciso a temprana edad
“Mamá, Martín mi compañero se quedó dormido en el salón cuando la maestra nos explicaba un problema de matemáticas, le avisamos a ella fue y lo despertó, la verdad no nos dio risa, porque no es la primera vez que le pasa…”, este es un relato de un estudiante de tercer año de primaria, la somnolencia en las aulas escolares es algo cada día más común; los niños son medicados por indicación médica.
Los trastornos mentales, la depresión y los problemas de salud emocional, están arrastrando a los niños mexicanos a vivir medicados por meses, años o incluso, de manera indefinida, informó el médico pediatra Edgardo Martín Arellano.
Aunque consideró que pudiera haber un subregistro de diagnósticos e incluso, se carece de una búsqueda adecuada de niños afectados, el especialista señaló que las cifras en México consideran que de dos a cuatro niños menores de 12 años por cada cien, padecen cuadros de depresión y por consiguiente, se encuentran medicados y eso incluye la psicoterapia.
Las cifras suben de cinco a ocho casos por cada cien, en jóvenes de 13 a 19 años..
“Las cifras pueden ser bajas, pero nos ha faltado un diagnóstico y las cifras pudieran ser mayores a estos dos a cuatro que se registran en el sector infantil, una cifra que también es significativa”, destacó.
En su experiencia, asegura, le ha tocado tratar a niños de entre 5 a 14 años con trastornos de depresión y falta de apetito con procesos de anorexia nerviosa.
“Hay niños con anorexia y depresión”, indicó.
El especialista, señaló que esta situación se padece en México, donde se tiene el cuarto lugar de trastornos mentales sobre todo en mujeres y se ocupa el noveno lugar en el caso de los hombres.
Pero además, donde no se está llevando un debido protocolo para su detección.
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN INFANTIL?
Arellano, destacó que la depresión infantil es un trastorno mental que se caracteriza principalmente por la tristeza, el decaimiento, una baja autoestima, alteraciones en el apetito, principalmente dejan de comer.
Además registran agorafobia, tienen miedo de estar en espacios públicos, sienten cansancio, lo que antes les gustaba, deja de gustarles, lo que es importante tenerlo en cuenta.
Consideró que detectar estos padecimientos es muy importante para que los pediatras puedan dar una atención adecuada y canalizarlos en caso de considerarlo necesario a otras especialidades.
CON ESTRÉS EN SUS PRIMEROS AÑOS
El especialista agregó que aún falta hacer diagnósticos a temprana edad, porque de lo contrario, estos se irán hasta la etapa de la adolescencia.
El pediatra, aseguró que los niños van acumulando estrés pues desde pequeños por ejemplo, cuando el niño cambia de lactante a una etapa mayor o cuando se le quiere hacer caminar a los 11 meses o cuando al año y medio ya se busca que controlen esfínteres.
BUSCAN REGRESAR ESTADO MENTAL ANTERIOR
El médico pediatra, aseguró que con el medicamento se busca que los niños regresen al estado mental que tenían antes.
Volver a recuperar ese estado mental, lo que antes era alegría y después le causaba depresión, por ejemplo.
“Generalmente lo que hacemos es tratar de modelar las dosis para que la tomen antes y después de ir a la escuela y luego después de las clases de la escuela, porque a veces se pierde la dosificación, pues no hay quien le dé supervisión adecuada”, indicó.
Mencionó que de no hacerlo así, eso motiva a que no se tome de manera adecuada el medicamento.
TRATAMIENTO CONTROLADO
El tratamiento médico que se receta a los niños es variable y normalmente lo dejan para el paidopsiquiatra, pues se trata de medicamento controlado.
“Se manejan tratamientos como la fluoxetina, sobre todo en los mayores de 8 años, el citalopram, que se recomienda para mayores de 12 años, principalmente; hay otros medicamentos también como la fluvoxamina que también se indica en mayores de 8 años con trastornos con el tipo de depresión obsesivo compulsivo, y otro medicamento que es la duracimina para mayores de 12 años para trastornos de depresión y sobre todo, en los trastornos bipolares”, destacó.
Los efectos que tienen estos medicamentos son estimulantes y tratan de volver a recuperar a nivel central el sistema nervioso, para ir recuperando la autoestima y la alegría de vivir.
El medicamento se toma por el tiempo que va considerando el especialista en este caso, el paidopsiquiatra, de acuerdo a la condición clínica del paciente.
Muchas veces, dijo, se va disminuyendo paulatinamente la dosis de acuerdo a la evolución del paciente para ver si se retira o se deja por más tiempo.
EFECTOS SECUNDARIOS
Como en otros casos, el utilizar el tratamiento con este medicamento, a la larga, podría significar afectaciones físicas si no hay un control y vigilancia médica, indicó el especialista.
“Las afectaciones pueden ser, sobre todo, en el sistema hepático o el sistema renal”.
Arellano, manifestó que se recomienda la revisión de laboratorio de las concentraciones de dichos medicamentos en el suero o en la sangre del pacientito, para vigilar que no se vaya en niveles mayores que puedan afectar sus órganos.
La vigilancia de la evolución del paciente se debe realizar por el médico especialista, el pediatra o el paidopsiquiatra, “Si se encuentra que la evolución con el medicamento ha sido buena, se intenta ir disminuyendo las dosis con la finalidad de retirarla algún día; pero si no es así, se deja por más tiempo pero siempre vigilándolo con una evaluación clínica y de laboratorio”, dijo.
Mencionó el entrevistado que generalmente se disminuyen las dosis o se cambia el medicamento para que no cause tanto efecto “en la mayoría de los casos el medicamento se retira, pero hay algunas ocasiones en que el tratamiento puede durar años, dependiendo de la evolución del niño”.